A pesar de ser el único al que le pusieron el nombre de un presidente, George no es lo que nos viene inmediatamente a la mente cuando se menciona Washington. En su lugar, nos llega la imagen de exuberantes bosques, montañas rocosas, burbujeantes volcanes y olas del océano. Con tal riqueza medioambiental, no es de extrañar que el estado trabaje duro para protegerle y promocionarle al gran número de ecoturistas que llenan nuestros alojamientos en Washington durante el verano.
Solo el Olympic National Park contiene más de 364 mil hectáreas llenas de impresionantes costas escarpadas, picos alpinos y bosques templados, que son más que suficientes para darle su estatus como parque nacional y Patrimonio de la Humanidad. Incluso Seattle, la mayor ciudad del estado, entra en el juego verde, comprometiéndose a convertirse en la primera ciudad con clima neutro de Norteamérica, haciendo se sus hoteles verdaderamente “limpios”. Si se encuentra cerca de Seattle, debería visitar el Pike Place Market, que cuenta con más de tres hectáreas llenas de alimentos frescos de granja, lugares de entretenimiento y tiendas.
Pero la conservación energética no excluye un entorno empresarial emocionante y activo, especialmente cuando el 60 por ciento del total de la población se encuentra en y al alrededor del área de Seattle. Starbucks, Boeing, Microsoft y Amazon sin duda elevaron su portafolio global, pero es la música la que define lo chévere en Washington. Como los huéspedes del hotel podrán atestiguar, Seattle manda y sigue siendo uno de los mejores lugares del país para hacer que sus ganancias se muevan y den buenos rendimientos. No tiene más que preguntar a Jimi Hendrix, Nirvana, Pearl Jam y Neko Case.